Se acerca ya la nochebuena y casi
de seguido el fin de año y sé que muchos de vosotros andaréis estos días dándole
vueltas al menú, qué preparamos, ay, que si el cuñado alérgico al marisco, la
que no le gustan las setas, los abuelos que ya no pueden tomar sal, el precio
de todoooo, uffffff, ¡¡que de
quebraderos de cabeza!!
Pero uno que solemos tener todos
en común es como asamos la carne y sobre todo, que salsa le ponemos. Pues bien,
hoy no voy a entrar en las carnes, porque podríamos hacer 100 entradas solo de
eso, pero sí os voy a solucionar el dilema de la salsa con esta maravilla de salsa
hecha de alitas de pollo, sí sí, con alitas.
La receta original es de mi súper
cocinero favorito, Jamie Oliver, y yo me he atrevido a hacerle unas
variaciones, espero que os guste.
Empecemos por los ingredientes,
que parecen muchos, pero casi todos fáciles de conseguir:
- 1 apio
- 2 zanahorias
- 2 puerros
- 2 cebollas
- 4 ramitas de romero fresco
- 1 hoja de albahaca fresca
- 1 hoja de laurel
- 2 hojas de salvia fresca
- 1 anís estrellado
- 1 cayena o guindilla seca pequeña
- Pimienta negra recién molida
- 2 lonchas de bacon de buena calidad
- 8 alas de pollo completas, en España se suelen vender cortadas en dos así que en ese caso 16 piezas
- 1 cucharada de mantequilla
- Aceite de oliva
- Sal
- 4 cucharadas rasas de harina de Maicena o harina refinada de maíz
- 1 vasito de coñac
- 50 dcl de nata liquida, opcional
Esta receta se prepara en 2
fases, horno y fuego, así que necesitamos un recipiente bajo y ancho apto para
ambos, como una fuente.
Vamos precalentando el horno a
200º, en la función que tenga para asados, o simplemente arriba y abajo.
Lavamos y troceamos las verduras,
pero nos os esmeréis mucho en esto ultimo porque luego se molerán todas. Las
colocamos en la fuente y añadimos las especias y todas las hierbas, sin cortar.
Les ponemos sal, aceite de oliva, la cucharada de mantequilla y lo mezclamos
todo bien.
Cortamos también el bacon y lo
esparcimos por encima de las verduras.
Ponemos las alitas en una tabla y
con un rodillo las vamos golpeando, que se desmenucen, que se rompan y más
sustancia soltarán. Las colocamos repartidas sobre las verduras y el bacon.
Horneamos todo durante 1 hora. Pasado
este tiempo encendemos el fuego, yo lo hice en la vitro y pasamos para allá la
bandeja aún caliente. Añadimos las cuatro cucharadas de harina mientras
removemos, para que se mezcle bien, unos 4 minutos.
Un nota: cuando saquemos la
bandeja del horno, si alguna de las hojas frescas se hubiera quemado en exceso
retiradla pues nos amargará el resultado final.
Entonces añadiremos 2 litros de
agua caliente y la copita de coñac, esperamos que hierva y lo dejamos hervir durante
10 minutos, luego bajamos el fuego al mínimo y lo dejamos cocinar suave unos 30
minutos más.
Una vez pasado este tiempo, id rescatando
todas las alitas en un plato y vertemos el contenido de la fuente en una
batidora de vaso, en la thermomix o en el recipiente que sea que utilicéis para
batir.
Cuando la tolerancia térmica de
vuestros dedos os lo permita, deshuesad las alitas, descartando los huesos a la
basura y echando la carne y la piel al vaso de la batidora. Y ¡¡¡dadle al
power!!! Todo lo que podamos batir, vamos a intentar sacarle la máxima chicha
posible, ¿no?
Llegados a este punto tenemos
entramos en gustos a elegir, que en vuestra casa gustan las salsas espesas y
con trocitos, eah, pues ya la tenéis lista, ¿Qué no? Seguimos… Yo la pasé por
un colador, apretando con fuerza para aprovechar todos los jugos, al que le
añadí el pelín de nata para darle un punto más cremoso. Así me quedé con una
gran cantidad de salsa liquida de textura fina, cremosa, deliciosa, y un bolón
de chicha que quedó en el colador, que se puede añadir a vuestra mezcla de
croquetas habitual para darle más poderío. Que aquí todo se aprovecha.
¿Y como usamos la salsa?
Pues cuando
estéis asando vuestro pavo por ejemplo, en los últimos diez minutos de cocción
añadirle la salsa por encima, dejad que se escurra a la fuente del horno y
arrastre todos los jugos del asado. A los
cinco minutos podemos abrir y volver a cubrir el pavo de salsa usando un cazo.
Cuando lo vayáis a servir, colocadlo en una fuente bonita y rescatad toda la
salsa en una salsera para que cada uno se sirva lo que quiera.
Otra opción, si os da pena quitarle
el brillo al asado pues no pasar la salsa por encima, simplemente colocadla
bajo el pavo para que recoja sus jugos y servir igualmente en una salsera.
Sé que el proceso parece larguísimo,
pero que ¡es Navidad! Si no nos esmeramos ahora ¿Cuándo hacerlo? Y además, os
saldrá cantidad como para congelar para otras ocasiones si queréis, en prácticas bolsas de congelación colocadas como sobrecitos. Yo con lo
que salió repartí salsa en 3 casas así que ¡¡animo!!! ¡¡¡Y que paséis unos
maravillosos días de fiesta con los vuestros!!! ¡¡¡Mucha felicidad!!!