Desde que vi esta receta en una revista estaba loca por probarla, y estos días que he estado tranquila en el campo tuve al fin la oportunidad. Le he cambiado un par de cositas para mejorarlas y que tengan más sabor a oliva, que es lo que procede. Con estas cantidades salen entre 24 y 30 magdalenas en moldes pequeños.
Ingredientes:
- 170 gr. de aceitunas verdes sin hueso
- 1 huevo
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 75 ml de leche
- 50 ml del caldo de las aceitunas
- 170 gr. de harina
- 1 cucharada de levadura
- 30 gr. de azúcar glass
- 2 cucharaditas de sal
Ponemos el horno a precalentar a 200 grados.
Escurrimos las aceitunas, reservamos el caldo y las picamos en trozos no demasiado pequeños, para que se noten al bocado.
Batimos el huevo hasta que coja cuerpo y blanquee y agregamos el aceite y los líquidos. Si el caldo no nos llegase a 50 ml, lo completamos con leche, es decir, tiene que haber en total 125 ml de liquido. Añadimos las aceitunas picadas.
En un bol a parte, tamizamos la harina con la levadura, el azúcar y la sal. Poco a poco, le vamos agregando la mezcla liquida con las aceitunas, mezclando suavemente con una espátula para que no pierda el aire.
Rellenamos los moldes hasta la mitad y horneamos durante 10-12 minutos.
Estas magdalenas son ideales como aperitivo en una comida con muchos invitados, y se pueden tomar incluso como pan, o abrirlas y untarles cualquier cosita como por ejemplo un paté a la pimienta, ¡o un tapenade de aceitunas negras! Espero que os encanten.
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