Y ya que hemos hecho un pan, ¿qué
os parece preparar la mantequilla en casa? Esta es una de esas recetas
aparentemente tontas, que venía en el libro de la thermomix y que yo al menos
no le di ninguna importancia hasta que un día me dio por ahí. Probé, y desde
entonces se ha convertido en un imprescindible en mi casa.
Necesitamos un bote de nata de al
menos 33% de materia grasa. Para obtener el equivalente a una tarrina pequeña
de mantequilla necesitaremos 500 ml de nata, porque se pierde mucho líquido en
el proceso, así que emplead como mínimo esa cantidad.
Para vaciar la nata le haremos un
corte de manera que podamos rebañar toda la parte grasa que queda adherida al
brick.
Vertemos todo el contenido en la
thermomix y ponemos a velocidad 3 ½. Primero se montará, entonces tendremos que
abrir y bajar todo el contenido con la espátula.
Volvemos ponerlo a batir a la
misma velocidad hasta que oigamos que cambia el sonido. Cuando esto ocurra,
observaremos que la grasa se ha desprendido del suero, formándose la
mantequilla.
Para quitar el suero hay que
enjuagar la mantequilla, podemos tirar el suelo, añadirle un poco de agua y
batir, repitiendo esta operación varias veces hasta que al agua quede clara.
Entonces volcamos los trozos de
mantequilla sobre un papel de cocina para que escurra toda el agua, presionando
suavemente.
Una vez escurrida le añadimos sal
al gusto, os recomiendo probarla porque es difícil sacarle el punto ideal a
ojo.
Mezclamos antes de guardar en la
nevera y ¡listo! Esta mantequilla con un pan recién tostado es uno de los
mejores placeres que os podéis pegar en un fin de semana ¡probadla y
triunfareis!
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