Tarta fondant POCOYO

Para el más peque de mis amigas, Iván, que cumplió el otro día 2 añitos, le preparé una mini tartita de Pocoyo. A toda prisa, con una tortícolis que me levanté que no podía casi ni mover el brazo derecho, pero todo sea por el ranín, así que a tooo meter y en dos patadas hice todo lo que pude, creo que quedó aceptable para el poco tiempo que tuve.

El bizcocho, mi ya sin duda favorito chocolate blanco relleno de toffee. A él no le encantó la idea de que todos cantáramos mientras se cortaba su tarta y se llevó gran disgusto, pero los adultos si dimos buena cuenta de ella y pudimos disfrutarla. Y así queda el corte:

LES QUINZE NITS

Como no quiero dejar las recomendaciones gastronómicas, sin caer en el intrusionismo al mundo de la critica y con desde luego ningún animo destructivo, sí pretendo decir los sitios donde he comido bien, porque eso siempre se agradece. Llegar a un sitio y tener la recomendación de un amigo te hace entrar en una restaurante por la puerta grande y sentarte ya como que más relajadito evitando ese pensamiento de “o comemos fatal, o nos funden la tarjeta de crédito”.

Pues en esa línea amigos, quiero recomendaros “Les quinze nits” en Barcelona. Es un restaurante grande, acogedor donde se come muy bien, a muy buen precio. A mi me ha gustado tanto que repetí un par de veces en 15 días. Probé un atún rojo que, lo siento por los de Barbate, pero de los mejores que he probado en mi vida; la quiche con puerros muy suave, y el cordero inmejorable relación calidad-precio. Se puede comer por 15-20 € por persona platos de diseño y con bastante cantidad.

Está cerca de las Ramblas, donde hay cientos de restaurantes, sí, pero lejos de las opciones paella para guiris o puñalada en la espalda por cualquier platito. Ahí lo tenéis por si queréis ver más:

http://www.lesquinzenits.com/

CRÊPES

Pensando estaba yo en que mañana por fin es sábado, por fin finde, poder dormir, levantarse tarde y pegarse un buen desayuno de fin de semana, que maravilla. Una de mis recetas preferidas de desayuno son los crêpes. Si no es muy tarde hago unos pocos, pero si las sabanas no me dejan escapar y paso de las 12 de la mañana, entonces preparo varios, dulce y salados y ya hacemos brunch y vas ya comido.

Esta receta me la enseñó una de mis madres francesas, cuando pasé un verano en una granja en Sully sur Loire y es tan fácil que es imposible de olvidar.

Ingredientes para 5-6 crepes pequeños:

1 huevo

1 taza de harina

1 taza de leche

1 pizca de sal

mantequilla

Para hacer crêpes usaremos la mejor sartén que tengamos en antiadherencia, porque si no estás perdiendo el tiempo. De cualquier manera, y a modo preventivo, uno de los trucos que me enseñó fue que antes de hacer los crêpes, calentamos la sartén con varias cucharadas de sal y vamos moviéndolo hasta que eche un poco de humo, así mejora la adherencia de la sartén y se pegan menos. Luego se tira la sal y se retiran los restos con un poco de papel de cocina y ¡listo!

Así que empezamos mezclando bien todos los ingredientes con la batidora y calentamos la sartén a fuego fuerte con un poco de mantequilla. Cuando la mantequilla se funda, echamos como el equivalente a una o dos cucharadas de mezcla en la sartén, dependiendo del tamaño, hasta que nos quede una capita fina de masa que cubra toda la sartén. Para que el centro no nos quede más grueso lo mejor es coger la sartén e irla girando con una mano en círculos mientras con la otra vamos echando la mezcla. Mientras se cocina con una espátula vamos separando los bordes de la sartén y los dejamos cocinar un minuto aproximadamente o hasta que veamos, moviendo la sartén, que están perfectamente despegados. Ahora si somos valientes-mañosos, le damos la vuelta en el aire, o, ayudándonos con una segunda espátula para los precavidos. Dejamos cocinar por el otro lado otro minutillo y listo.

Ahora a ponerle el relleno favorito de cada uno, mantequilla, mermelada, caramelo, chocolate, nata, embutidos, quesos, e incluso restos de alguna comida de otros días como pollo troceado, champiñones al ajillo, verduras salteadas...

En Francia se venden mucho en la calle y es uno de los platos de identidad francesa por excelencia. Los que más pueden encontrar en la calle son los naturales (solos), con mantequilla, con azúcar y mantequilla, con nutella, y con jamón y queso.

A mi el de queso me encanta, le pongo emmental mientras que lo tengo aún en la sartén para que se funda un poco con el calor, un poco de jamón de cocido y listo. Y de postre, uno con nocilla y nata. Bon apetit!!

Tarta fondant MARINERA

Esta es una de las tartas mas especiales para mi que he hecho hasta ahora, por la carga sentimental que tenía. Ayer cumplía mi abuelo 80 añazos, o como dice él, 18 años y mesessss...... así que no podía ser menos que hacerle una tarta a la altura de tal acontecimiento.

Nadie se imaginó que este aragonés que trabajaba en su huerto en la ribera del Ebro, acabaría convirtiéndose en marino y haciendo del mar una de las grandes pasiones de su vida. Así que he intentado sintetizar todo esto en mi pequeño dulce homenaje.

La idea de la base en un mar con sus olas y arriba un “barquito” con dos elementos que le han acompañado siempre, la gorra de plato y el cachirulo de la tierra.

Bueno, y como éramos muchísimos a la fiesta, hice también una tarta de queso, una de limón y otra de manzana, montonazo de horas extras en las cocina J pero todo sea por él. Ahí están todas juntitas.

Tartar de tomate con langostinos y ajoblanco

Esta es una tapa para esos días que tenemos un ratito para hacer algo especial. Resulta ligera de tomar pero muy sabrosa, por lo que es ideal para las que ya estamos empezando a pensar en la operación bikini (y los que forzosamente nos acompañan ;) pero en serio que está muy buena. Los ingredientes para 4 personas son:

-        12 langostinos

-        pistacho en polvo

-        6 tomates rojos

-        chalotas

-        cebollino

-        almendras crudas

-        2 dientes de ajo

-        un trozo de pan blanco

-        vinagre, aceite de oliva y sal

Lo primero es pelar los tomates y la mejor forma de hacerlo es con el escaldado. Ponemos una olla con agua y cuando esté hirviendo pasamos cada tomate por el agua hasta que veamos que se revienta un poquito la piel, entonces rápidamente los sacamos y pasamos por agua fría y ya se pelan perfectamente. Cortamos en pequeños cuadrados. Si no tenemos chalotas en casa, podemos usar cualquier cebolla, la picamos fina junto con el cebollino y mezclamos con el tomate, aliñándolo todo con aceite, sal y vinagre. Reservamos.

Para hacer el ajo blanco, blanqueamos los ajos pasándolos por agua hirviendo un par de veces. Luego los ponemos en la batidora con las almendras crudas, el pan humedecido y escurrido y un poco de sal. Vamos batiendo a la vez que echando poco a poco, en un hilo, aceite de oliva. De este modo no solo se mezclan los ingredientes sino que el aceite va emulsionando la mezcla, dándole cremosidad que es lo que diferencia un buen o mal salmorejo por ejemplo.

Por ultimo pelamos los langostinos y los pasamos por la plancha un minuto aproximadamente, rebozándolos con los pistachos cuando aún estén calientes.

Presentamos el plato poniendo un par de cucharadas de tartar, los langostinos y un cucharadita del ajo blanco.