26 de enero de 2013

TARTA MANGO TATIN




 Otra vez estamos viendo mangos en los estantes de las fruterías ¿y cómo puede ser eso si en verano también están entre nosotros? Pues ventajas de las globalización, que alguna tenía que tener. En invierno nuestro en Europa es verano en otras latitudes de América y por ese motivo tenemos dos temporadas de frutas tropicales como esta. Ahora en invierno, los mangos traídos de ultramar, y acabando nuestro verano, los nuestros de la tierra. Y que conste que no me voy a decantar por unos ni por otros, porque he de confesar que este año los he tomado exquisitos en ambas temporadas, cierto es que los que llegan aquí en invierno, suelen venir más verdes y pasan de ese punto a estropearse rápidamente si no los controlas, pero de veras, que chapó en las dos fechas.

Pues voy a poner hoy una recetita dulce aprovechando el mango que nos encontramos ahora, súper sencilla de hacer y que gusta y sorprende muchísimo, el “mango tatin” o tarta tatin de mango en español. El tatin es una manera de hacer tartas de fruta de origen francés, consistente en cubrir fruta con una masa quebrada y hornearlo para presentarlo volteado luego.

La tarta tatin original es de manzana y nació como tantas cosas en cocina por un despiste. Cuentan que las hermanas Tatin regentaban un hotel a finales del siglo XIX, que era conocido por la cocina que allí se disfrutaba. He leído dos vertientes del origen, una es que a una de las hermanas se olvidó poner la masa antes que las manzanas en los que iba a ser una tarta clásica, y la otra, más razonable a mi parecer, es que se pasó cocinando unas manzanas y las cubrió con masa para aprovecharla.

El caso, que es muy sencilla de realizar y podéis hacerla con diferentes frutas, siempre que sean de carne prieta que admita bien la cocción como manzanas, mangos, melocotones, peras… Vamos a necesitar:

 

  •  1 Mango grande, o 2 de tamaño medio
  • 100 gr de mantequilla
  • 100 gr de azúcar
  • 100 cl de agua o zumo al gusto
  • Una lámina de masa quebrada
  • Nata, caramelo y esencia de vainilla, para decorar






Ponemos el horno a precalentar a 180º, posición ventilador o arriba y abajo.

 
Tenéis que coger un molde que valga tanto para vuestra cocina como para el horno porque vamos a hacerlo todo en el mismo sitio. Ponemos el molde al fuego o vitro y le echamos el azúcar y la mantequilla para hacer un caramelo dorado, a fuego suave. Cuando se funda y adquiera un ligero tono rubio añadimos el agua, dejamos reducir un poco y ya está listo. Cuidado de no quemarlo porque hay que pasarlo al horno luego y seguirá cogiendo temperatura. Retiramos.


Pelamos y cortamos el mango en trozos grandes. Deberían ser como gajos pero los mangos son complicados de trocear, así que no vamos a poner pautas ¿vale? Cada uno que lo corte como buenamente pueda  :)

Sobre el caramelo vamos colocando los trozos de mango bien repartidos y lo apretamos, procurando que no queden muchos huecos.


 

Extendemos entonces la lámina de masa quebrada por encima y la presionamos ligeramente para que se amolde a la fruta, ligeramente no se vaya a romper. Recortamos los bordes que sobren y la pinchamos con un tenedor, para que no suba demasiado.


Horneamos entonces a 180º durante 45 minutos.

La dejamos reposar 5 minutos cuando la saquemos, le colocamos como una tapa el plato donde se vaya a servir y le damos la vuelta. ¡Ojo! No la dejéis enfriar completamente pues si el caramelo se enfría del todo en el molde se pegará al fondo y lo perderemos en la vuelta, además de que puede llevarse trozos de fruta pegada también.

Para servir se puede decorar con nata, helado de vainilla, caramelo... Esta que veis está con nata montada en casa (sin azúcar) y unos hilos de esencia inglesa de vainilla.

Bon apetit mes amis!!!


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