Sin superar obviamente la pizza y la pasta, esta es una de las más famosas creaciones italianas. Se pueden poner las verduras que queramos, y básicamente cualquier ingrediente, elegid lo que queráis, pero lo que diferencia a un arroz con verduras cualquiera de un risotto, es la textura final. Después de mucho probar unas recetas y otras, descubrí el truco de cómo hacer que quede cremoso, que no es añadir mucho queso, si no una reacción química, así que voy a compartirlo con vosotros.
Ingredientes:
- 60 gr. de mantequilla
- 100 gr. de bacon
- 100 gr. de cebolla
- 300 gr. de calabacín
- 200 gr. de champiñones o setas
- 400 gr. de arroz
- 1 vasito de vino blanco
- 1 vasito de caldo de ave
- pimienta negra
- queso rallado
Troceamos las verduras y el bacon pequeñito. En una paellera o sartén con buen fondo, ponemos la mantequilla, el bacon y vamos cocinando las verduras por orden de cocción, en este caso, la cebolla, el calabacín y por último los champiñones.
Algunos estaréis pensando ya en sustituir la mantequilla por aceite de oliva, lo cual en mi opinión sería un error, porque aquí viene la clave.
Cuando tengamos todas las verduras doraditas (no hace falta que estén tiernas del todo porque con el agua acabarán de cocinarse luego), añadimos el vaso vino.
El vino por su acidez, junto con la mantequilla, provocan una reacción química que hace que esta se emulsione creando una cremita que es lo que nos dará el toque jugoso al final. Para esto si quisiéramos, podríamos sustituir el vino por otro ácido, como el limón por ejemplo, pero no la mantequilla porque otras grasas no reaccionan de la misma manera.
Lo dejamos unos minutos, a fuego fuerte, para que se evapore el alcohol y luego añadimos el arroz, al que damos un par de vueltas de sartén.
Entonces añadimos el vasito de caldo, la pimienta y agua, hasta que quede todo cubierto, y dejamos cocer unos 20 minutos aproximadamente, dependiendo del arroz que hayamos usado (aconsejo siempre leer las indicaciones del fabricante).
Cuando ya esté cocido, lo espolvoreamos con una buena capita de queso rallado por arriba, lo tapamos, y dejamos reposar 5 minutos.
Con el propio calor que emana al risotto el queso se fundirá y listo para servir. Mangiare bene!!!
Otro truqui: el queso rallado es un alimento que dura poco porque suele enmohecerse enseguida. Lo que yo hago es que siempre tengo varios paquetes de diferentes quesos rallados en el congelador, así nunca me falta y se descongela en cuanto lo pones sobre la comida caliente.
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