Estos dulces, de nombre demasiado parecido a los sencillos macarrones, no tienen nada que ver con Italia ni con la pasta.
Son de origen francés, de hecho, muchas localidades de Francia se disputan ser los auténticos creadores del macaron.
Se componen de dos galletas hechas de merengue y almendra con diferentes rellenos. Suelen estar en las tiendas gourmet con diferentes colores según el relleno que lleven, limón, avellana, mora, pistacho, fresa... a mi me gustan los de chocolate negro y los de frambuesa, que son lo que aparecen en esta foto.
No me extraña que se les considere delicatessen porque parte de que están buenísimos tienen una trabajera impresionante, y eso solamente con la receta acortada, porque la original francesa incluye varias horas de secado en el horno a 40º para que se cree la costra superior sin que se altere el color. Me animaré a crear en más sabores.
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